Muchas veces utilizamos las palabras curar y sanar con la misma intensión, pero existe una gran diferencia entre ambos conceptos.
La curación habla de la desaparición de los síntomas, patologías o enfermedades, está dirigida específicamente al cuerpo físico, a revertir o modificar una condición en el cuerpo. La Real Academia Española nos dice de la palabra curar: aplicar con éxito a un paciente los remedios correspondientes a la remisión de una lesión o dolencia.
Sanar es algo mucho más profundo, que involucra las emociones, la mente y el espíritu, refiere a un estado del ser. En el diccionario encontramos: Estado de gracia espiritual.
Una enfermedad, patología o conducta nos están indicando un desajuste en este estado interior, una gran incongruencia con nosotros mismos: pensamos una cosa, sentimos otra totalmente opuesta y hacemos todo lo contrario a las dos anteriores. Vivimos como grandes hipócritas sosteniendo una careta para que todos puedan ver, pero esto es un enorme despilfarro de energía vital que puede llegar a ponernos en peligro de muerte, esto es lo que realmente nos puede matar.
Pareciera que nos empecinamos en ir “contra la corriente”, vivimos la vida sufriendo, sometiéndonos a situaciones que nos dañan e insistimos por el mismo lugar y seguimos golpeándonos.
Alguien debe hacer algo !!! Y será el cerebro quien se ocupe de esto ejecutando un programa biológico de supervivencia o patología, generando un mensaje muy especial e importante de comprender para poder recobrar la congruencia, esa honestidad con nosotros mismos, la armonía.
Es por esto que la enfermedad es un enorme mensaje espiritual, un llamado a “reaccionar” tomando conciencia que necesitamos hacer algo por nosotros. La enfermedad nos da una gran oportunidad de sacudirnos: es obligatorio hacer cambios en nuestra vida.
Y mientras no nos ocupemos de ello, el mensaje será más intenso para que podamos “escuchar”, que es vital cambiar el camino que estábamos transitando ocupándonos de lo que realmente nos pasa interiormente.
Si no cambiamos nada de nuestra vida, todo seguirá igual y es justamente esto lo que necesitamos modificar, hacernos cargo del volante y cambiar, tomar un nuevo rumbo y abandonar el que nos hace infelices.
Cuando acompañamos a un consultante en Decodificación Biológica ayudamos a la persona a recorrer ese camino hacia la SANACION, comprendiendo qué nos está diciendo precisamente nuestro cuerpo, observando y escuchando ese llamado a gritos que nos estamos dando para recuperar la ruta que nos lleva nuevamente a la felicidad, a la paz interior, a la comprensión y de esta manera a evolucionar espiritualmente.
La persona que se permite esta fantástica y maravillosa aventura puede experimentar esa magia: la liberación de la carga inútil y el reencuentro con lo íntimo de uno mismo, la esencia. La Decodificación Biológica es una verdadera brújula para lograr ese momento cuántico, emocionante que nos maravilla cada vez que somos invitados a presenciar esa iluminación del ser.
Los testimonios de nuestros consultantes reflejan justamente ese proceso, del cual somos espectadores de honor, que llenan nuestro corazón de emoción ya que nosotros también sanamos y nos reencontramos vibrando en el verdadero AMOR.
Por todo esto no puedo dejar de decir GRACIAS a todos los consultantes que nos dan esta generosa oportunidad de presenciar cada día el milagro de la vida.
Abrazo del alma.
Fabián Garella