Las emociones y el rendimiento deportivo

El término “fitness” es adoptado de la lengua inglesa y significa “bienestar”. Pero es utilizado para referirse no solo a la práctica de una vida sana sino también al entrenamiento y reacondicionamiento físico. Tomando como ejes fundamentales el ejercicio, la nutrición y el descanso. Pero que tienen que ver EMOCIONES Y RENDIMIENTO DEPORTIVO.

Muchas veces tengo la oportunidad de acompañar a deportistas y personas dedicadas a una vida plenamente saludable. Quienes viven respetando estos tres fundamentos y aun así, no logran un estado de bienestar. Sufren lesiones reincidentes o no obtienen los resultados esperados con sus entrenamientos.

¿Será que nos estamos olvidando de algún término en la ecuación? Pensar en el “ser humano”  como una máquina a la que hay que cargarle combustible para que se mueva y luego detenerla para su mantenimiento, es desestimar la perfección biológica, mental, emocional y espiritual que constituye al mismo. Por eso hablo de EMOCIONES Y RENDIMIENTO DEPORTIVO.

¿Las células (cuerpo) de una persona que se siente feliz, plena, disfrutando de la vida funcionan de la misma manera que las de otra que está preocupada por su economía, por un familiar o una enfermedad? ¿Lo que pensamos y sentimos no tiene ninguna incidencia en el funcionamiento de nuestro cuerpo?

El biólogo celular estadounidense Bruce Lipton, investigador y docente en las facultades de Medicina de Wisconsin y Stanford, descubrió, en 1988 que los genes y el ADN pueden modificarse. ¿Cómo? Mediante las creencias y las emociones.  Afirma que los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Y que existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, pero ambos no pueden operar al mismo tiempo.

En su libro “La biología de la creencia”  Bruce Lipton expone lo siguiente: “La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la que provoca el miedo que las células mueran. Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio . Por otro lado,  la protección requiere el cierre completo del sistema”.

Las emociones generan cambios bioquímicos en el cuerpo que preparan al ser humano para adaptarse al medio y sobrevivir. Son un sistema de señales que nos impulsan a realizar modificaciones para realizar alguna acción. Ponen en alerta al organismo para que funcione como un todo y pueda responder a los retos de la vida activando múltiples respuestas cardiovasculares, esqueleto musculares, neuroendocrinas y del sistema nervioso autónomo. Ahora sí quizás asegures que las EMOCIONES Y RENDIMIENTO DEPORTIVO , van de la mano.

Por ejemplo, ante una situación de peligro que active la respuesta de huida. El corazón aumenta la frecuencia de sus latidos para bombear más sangre al cerebro y los músculos. La respiración se acelera para aumentar la oxigenación. Las pupilas se dilatan para aumentar el campo visual. Los intestinos se vacían (diarreas o vómitos) para hacernos más ligeros a la hora de correr. Si la respuesta activada es de lucha, se liberan sustancias que ayudan a coagular la sangre más fácilmente por si se producen heridas, los músculos se tensan para entrar en acción. Lo que puede dar lugar a temblores y contracturas… Esto sucede si la situación es real o si solo  la imaginamos.

¿Cómo funcionarán nuestros músculos y articulaciones si entreno en un clima de hostilidad, si me siento inferior a los demás o no logro los resultados frente a la presión del entrenador? Ante diferentes estados emocionales, nuestro cuerpo se adapta funcionalmente, atendiendo principalmente lo que sentimos y no lo que pensamos.

Cuando acompañamos a una persona en un proceso de entrenamiento físico o deportivo, ¿nos preguntamos cómo es el entorno de la persona? ¿Qué cosas le están pasando en su vida, qué preocupaciones tiene? ¿Cuáles son sus expectativas o pensamientos al respecto?

En general mostramos al exterior una imagen, enfocados en las “acciones” que debo realizar en la vida para ser “socialmente correcto” por las decisiones que he tomado y debo cumplir respecto, por ejemplo, a la firma de un contrato que solamente se sustenta por resultados deportivos. Pero muchas veces escondemos nuestras verdaderas emociones, las auténticas, viviéndolas en soledad como algo que no debo sentir.

Permancer en esta dualidad es un conflicto: lo que debo hacer frente a lo que deseo hacer, estar condicionados por la presión coercitiva del medio en donde nos desarrollamos, lo que CREEMOS que los demás dirán o esperan de nosotros.

¿CUALES SON TUS CREENCIAS?

 “Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón” (Henry Ford) 

La percepción de la realidad viene determinada por nuestras creencias, las cuales pueden definirse como “los juicios y evaluaciones sobre nosotros mismos, los demás y sobre el mundo que nos rodea” (Robert Dilts)

Una creencia limitante impacta directamente en la realidad que construimos, nos convertimos en víctimas perdiendo poder frente a lo que sucede. Aceptamos esa situación y nos quitamos la responsabilidad de poder mejorar. Por ejemplo “hoy no es mi día, es normal que las cosas me salgan mal. Ya lo haré mejor otro día en el que tenga mejores sensaciones”. El resultado de esta creencia en nuestra conducta es que no nos esforzamos para intentar revertir la situación.

¿Cómo responderá nuestro cuerpo frente a una creencia respecto a tiempos de recuperación largos, objetivos o metas inalcanzables o entrenamientos imposibles de lograr?

Cualquier persona que entrena en alto rendimiento o como aficionado, puede experimentar ciertas dificultades a la hora de superar una lesión. Estos procesos merecen algo más que fisioterapia. Emociones como el miedo, la inseguridad, el estrés y la angustia son estados que suelen obstaculizar o retardar el proceso de recuperación hasta la cronicidad.

Desde Instituto Kausay hace tiempo desarrollamos un nuevo diseño de coaching mental y emocional. Utilizando recursos de la decodificación biológica, inteligencia emocional, programación neurolingüística, mindfulness, epigenética y neurociencias. ¿Para qué? Para optimizar rendimiento y el bienestar tanto del entrenador como de quien está entrenando.

El cuerpo siempre estará manifestando nuestro estado interior: sus emociones, creencias, pensamientos. ¿Es lo ideal exigirlo y someterlo como una máquina? ¿O tal vez sería adecuado comprenderlo y alinearlo al propósito de todo ser humano? ¿Cuál te preguntarás? Ser feliz y disfrutar de cada momento de la vida!!!

NO SE TRATA DE LA META SINO DE CRECER Y DESCUBRIR QUIEN REALMENTE ERES!!!

Fabián Garella.

(Lo que escribimos en este blog y esta nota EMOCIONES Y RENDIMIENTO DEPORTIVO no reemplaza consejos médicos , otras terapias o ciencias . FabiánGarella® y Kausay® agradecen la posibilidad de los medios virtuales para sembrar en su público actividades y publicaciones de intereses comunes. Este material y otros publicados son meramente de carácter informativo. Su condición no nos permite hacernos responsables por cualquier acción o inacción de parte de los lectores.)