Suelta y Confía

Cuanta alegría sentimos cada vez que nos encontramos con personas que demuestran un profundo deseo de cambiar sus vidas, sanar y transformarse. Al compartir cursos, en las sesiones individuales, participando en talleres o viajes de sanación, nos damos cuenta de que el verdadero SER humano está despertando y nos emociona, nos renueva y alienta a continuar por este maravilloso camino de expandir consciencia en el que nos hemos comprometido hace tantos años.

Pero, a decir verdad, muchas veces ese “deseo” no es consciente y está escondido en un lugar tan interno y misterioso que ni siquiera sabemos que está allí, esperando ser atendido por lo que un síntoma debe tomar el papel de hacernos reaccionar generando molestias que imponen tener que realizar ciertos cambios en nuestra cotidianeidad. Si ignoramos por mucho tiempo estas advertencias es probable que necesitemos un mensaje de mayor envergadura como, por ejemplo, atravesar una enfermedad o un hecho doloroso, que a partir del cual ya no podemos continuar viviendo de la misma manera y debemos cambiar. Quedarnos inmóviles ante el síntoma solo demuestra la incapacidad para reaccionar, continuar viviendo en piloto automático, exigiéndonos seguir por un camino de infelicidad. Pero el síntoma se encargará, siempre lo hace y gracias a él, esa necesidad de transformarnos y ese deseo ya no están escondidos, ahora podemos sentirlo en el cuerpo y en nuestra vida.

En las transmisiones en vivo que compartimos periódicamente por las redes proponemos diferentes temas que nos ayudan a tomar consciencia sobre la libertad que cada uno de nosotros tenemos para decidir sobre nuestras vidas y sanar. En ocasiones nos encontramos con muchas preguntas de nuestros seguidores sobre síntomas o enfermedades. Aunque esas preguntas están dirigidas a “saber que quieren decir estas manifestaciones biológicas”, sabemos que lo verdaderamente importante no es el mensaje sino ¿qué vamos a hacer con él? Es ahí donde hay un movimiento que seguramente permitirá abandonar el automatismo. El primer paso para el despertar de consciencia y por eso nos alegramos.

Será entonces cuestión de movernos y atravesar esas fronteras imaginarias de supuesta “comodidad” en donde vivimos como robots con programas que nos hacen sentir incompletos, repitiendo una y otra vez la insatisfacción, renunciando a la plenitud y el disfrute. Hoy, mientras pensaba en lo que escribiría en este artículo, escuché a alguien diciendo: “¿vos que preferís una cárcel cómoda o el desafío de la libertad?”. Cuantos de nosotros seguimos en esa comodidad de la cárcel, aunque deseamos en lo profundo del corazón “otra vida”. Pero la vida es movimiento por lo que la inmovilidad nos aleja de nuestro verdadero propósito. Vivir en el desafío de la libertad supone soltar todas nuestras expectativas, rendirnos a la realidad de lo que es, aceptar sinceramente, comprender que nunca tendremos el control, y que la magia de la transformación solo sucede desde la confianza.

A estas alturas tal vez te estés diciendo: ya entendí, debo moverme, pero ¿hacia dónde?
Y, sin darnos cuenta, nuevamente caemos en la trampa sagrada, nuevamente paralizados hasta que despertemos de este ensueño, del cual conozco dos maneras de hacerlo: por llegar al sufrimiento inaguantable o por consciencia.

El aprendizaje solo se capitaliza cuando hacemos algo diferente, caminando nuevos caminos, vivenciando las experiencias desde otro punto de vista. ¿Pero realmente estamos dispuestos a “cambiar”, salir de la cárcel cómoda y disfrutar de TODO cuanto se presente en la vida? Responde con una mano en el corazón.
Cuando honestamente realizamos acciones para cambiar, todo alrededor cambia, así de simple y poderoso.

Cuántas personas que “buscan” la sanación dirán: ahhh si, ya entendí lo que quiere decirme mi síntoma, ¿y ahora qué hago? Pero … esta pregunta ¿tiene que responderla alguien que no seas tú mismo? ¿Puede un terapeuta, un amigo o un coach decirte lo que “debes” hacer para sanar? Tal vez lo mejor que podamos hacer por nuestros sanantes es generar el ámbito adecuado para que cada uno pueda descubrir en su interior esas respuestas. Lo que sí sabemos claramente qué es lo que no tenemos que seguir haciendo: mentirnos creyendo que vivimos felices cuando en realidad estábamos encerrados en la comodidad de lo conocido.

Las neurociencias han descubierto que el cambio a nivel cerebral no sucede de un momento a otro. La neuroplasticidad requiere de cierto tiempo y la paciencia no es lo que nos sobra a los humanos, pero cuando sostenemos un nuevo pensamiento, sentimiento y acciones diferentes, devendrá inevitablemente un cambio a todos los niveles del ser. Por eso desapegarnos de los resultados puede proporcionarnos el marco adecuado para salir de la trampa de la paralización y movernos hacia la vida.

El secreto entonces es soltar y confiar. ¿Estás dispuesto a hacerlo?

Fabián Garella
8/03/2021