¡Vamos a biodecodificar el dolor de espalda!!! Muchos se preguntan : ¿Puedo sacarme el dolor de espaldas con biodecodificación? ¿Qué representa exactamente el dolor de espaldas? ¿Hay algo más que podamos aprender de él?
¿Biodecodificar el dolor de espaldas es realmente necesario?
El dolor de espalda es algo que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. En general, podemos atribuir a la “carga” o el estrés del día a día, pero conocer esta información no alcanza para poder sanar y dejar de necesitar esos dolores.
El método Kausay, que hemos desarrollado a través de los últimos 10 años, nos enseña que los «síntomas tienen un sentido muy preciso en cada persona». Y nos ofrece la oportunidad de realizar un camino de descubrimientos que incluyen:
- Comprender el conflicto que desencadena el síntoma.
- Decodificar el mensaje que nos viene a regalar.
- Aprender a vivir de una manera diferente.
- Ser conscientes del propósito de haber necesitado tales experiencias.
Y eso nos permite «Biodecodificar el dolor de espalda» también.
El objetivo de este artículo es ofrecerte una idea amplia para que puedas utilizarlo y comiences a transitar el camino de la sanación completa. ( Y sí también dar un primer paso en esto de biodecodificar el dolor de espalda )
Utilizando Kausay vamos a ver un ejemplo generalizado de ALGUNO DE los pasos para biodecodificar el dolor de espalda.
Es hora de atender a la columna vertebral. En un adulto, está constituida por 33 vértebras. Cada una posee una lógica biológica o decodificación única. Respondiendo a diferentes conflictos y emociones.
Si observamos, la columna es como un “mástil” que sostiene toda la estructura del cuerpo. Por lo que el conflicto que desencadena dolores en la espalda estará vinculado a la desvalorización. ¿No somos lo suficientemente buenos/as para sostener nuestra estructura, la familia, el trabajo, nuestro desempeño para amortiguar o hacernos cargo del peso de los problemas de los demás?
Siempre es un conflicto de desvalorización largo y lento que se desarrolla a través de la vida. Es una forma de experimentar la realidad. Y en un momento determinado, como una gota que rebalsa el vaso, se manifiesta para decirnos que ya no podemos seguir cargándolo.
Muy a menudo, el dolor impide seguir haciendo lo que nos imponemos. Es una respuesta biológica para atenuar el conflicto. Aunque mental y emocionalmente queremos seguir siendo superhumanos, poder con todo y más. En el fondo, se siente impotencia porque no es posible dejar de hacerlo. Como si los que nos rodean se apoyaran siempre en nosotros, porque no pueden sin nuestra ayuda.
El concepto de ayudar es muy particular en nuestra cultura. Cuando un niño está gateando y su mamá lo ayuda tomándolo de las manitos para dar sus primeros pasos. Ella sabe que en algún momento deberá soltarlo y que seguramente se caerá. Pero también sabe, que si nunca lo hace su hijo no aprenderá a caminar.
Muchas veces creemos que ayudar, es llevar en las espaldas a los que no saben o no pueden resolver sus problemas, porque es nuestro deber. ¿Podrán algún día aprender a caminar solos?
Imaginemos que estamos en la escuela y aprovechamos a sentarnos al lado de la mejor estudiante de la clase. En el examen de fin del trimestre, le pedimos que responda por nosotros y ella lo hace, ¿nos está ayudando? ¿podremos aprender esos temas? O sería mejor que nos dijera “NO”. Y que nos invitara a aclarar nuestras dudas, para que luego podamos dar el examen.
Cargar en la espalda a los demás es hacernos mal a nosotros mismos y a los otros también: “Ninguno aprende la lección”. Tal vez sea importante tomar consciencia de las consecuencias de vivir creyendo que solo contamos con nosotros mismos para hacer todo. Y muchas veces el dolor de espaldas puede ayudarnos a soltar .
Respetar y respetarnos es la lección!!
Aceptar que necesitamos ponernos en primer lugar para cuidarnos, permitiendo que los demás puedan aprender a resolver sus problemas. No es la idea abandonarlos, sino acompañándonos de otra forma en esta escuela de la vida.
Mirar amorosamente y con respeto que cada uno necesita sus propias experiencias para aprender y cambiar. Hacer algo distinto para sentirnos en paz, porque nos lo merecemos y somos los únicos que podemos hacerlo.
Preguntarnos y contestarnos con honestidad:
- ¿Queremos continuar viviendo así?
- ¿Estamos dispuestas/os a cambiar algo en nuestra vida respetando lo que en verdad sentimos?
Entonces actuar en consecuencia. Esto nos acerca un poco más a ser quien realmente somos.
Frederick Dodson dice: “Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción causa dolor.
Cuando intentamos no sentir una emoción, ésta se vuelve más fuerte.”
Por eso hoy les digo, pero en especial te digo: ¿Qué vas a hacer sólo por ti?
Fabian Garella , gracias por permitirme este encuentro!!
(Lo que escribimos en este blog no reemplaza consejos médicos , otras terapias o ciencias . FabiánGarella® y Kausay® agradecen la posibilidad de los medios virtuales para sembrar en su público actividades y publicaciones de intereses comunes. Este material y otros publicados son meramente de carácter informativo. Su condición no nos permite hacernos responsables por cualquier acción o inacción de parte de los lectores.)