Sincronicidad.“ ¿ALGUNA VEZ TUVISTE UN PRESENTIMIENTO O CIERTA INTUICIÓN EN CUANTO A ALGO QUE QUERÍAS HACER, O A UNA MEDIDA QUE QUISIERAS TOMAR EN TU VIDA? ¿Y TE PREGUNTASTE CÓMO PODÍA OCURRIR? ¿Y DESPUÉS DE HABERLO CASI OLVIDADO PARA CONCENTRARTE EN OTRAS COSAS, DE REPENTE TE ENCONTRASTE CON ALGUIEN O LEÍSTE ALGO O FUISTE A ALGUNA PARTE QUE LLEVABA PRECISAMENTE A LA OPORTUNIDAD QUE BUSCABAS? Bueno — continuó—, ESAS COINCIDENCIAS SE PRODUCEN CADA VEZ CON MAYOR FRECUENCIA Y, CUANDO ESO OCURRE, NOS DA LA IMPRESIÓN DE QUE ES ALGO QUE ESTÁ MÁS ALLÁ DE LO QUE PODRÍA ESPERARSE POR PURA CASUALIDAD.
—¿No te das cuenta? —preguntó—. LA PRIMERA REVELACIÓN ES UNA RECONSIDERACIÓN DEL MISTERIO INHERENTE QUE RODEA NUESTRA VIDA INDIVIDUAL EN EL PLANETA. EXPERIMENTAMOS ESAS MISTERIOSAS COINCIDENCIAS, Y AUNQUE TODAVÍA NO LAS ENTENDAMOS, SABEMOS QUE SON REALES. “
Extracto del libro “La Novena Revelación” de James Redfield
¿Qué son las sincronicidades?
Hola, soy Luciano Garella y hoy vamos a meternos en el mundo de “las sincronicidades”, (y te aseguro que no es casualidad que estés leyendo esto).
En 1952, Carl Jung acuñó el concepto de «sincronicidad» para definir «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de manera no causal». Es decir, la coincidencia temporal de dos o más eventos, que guardan relación entre sí, pero que no son uno causa del otro, sino que su relación es de contenido.
La sincronicidad es una capacidad de intercambio de información entre los seres vivos, y de seguro la hayas experimentado en varias ocasiones en tu vida. Desde pensar en una persona y recibir un mensaje o llamado de la misma, o encontrarte con alguien con quien justo soñamos la noche anterior.
Al igual que Jung, Wolfgang Pauli, premio nobel de la física, pensaba que la sincronicidad era una de las expresiones que caracterizaban al unus mundus, una realidad unificada de la que emerge y regresa todo lo existente. Coincidiendo esta concepción con la Teoría de la Totalidad y el Orden Implicado de la Mecánica Cuántica del físico estadounidense David Bohm.
La realidad concreta, es decir, lo que observamos, se considera como una manifestación ilusoria de la Consciencia Universal. Cada elemento del universo es considerado como un reflejo de algo superior que lo engloba. El universo es visto como un gran organismo en el que cada elemento que lo compone se encuentra intrínsecamente interrelacionado y a la vez es un espejo de este. El individuo es considerado como un microcosmos que refleja la dinámica del macrocosmos, del universo entero.
De acuerdo con Jung, la sincronicidad consiste en la unión de sucesos externos e internos, esto quiere decir que solo un suceso externo, (encontrarme a una persona en la calle) no se podría considerar sincronicidad a menos que haya ese “suceso” interno que bañe de sentido el evento (haber soñado con esa persona la noche anterior).
Esto quiere decir que podríamos definir a un hecho como sincrónico cuando tomamos consciencia de esa “coincidencia”. ¿Pero, cuántas de esas coincidencias vemos, y cuantas se nos escapan en nuestro día a día? Es un hecho, que, si podemos estar más conscientes, estamos mejor predispuestos a verlas.
¿Cuándo aparecen?
Para Jung estos fenómenos estaban relacionados con momentos de gran afectividad. Es por esto, afirma, que suelen presentarse en momentos de transición como muertes, enamoramiento, viajes, situaciones en la que estamos en contradicción en nosotros mismos o en una disyuntiva ante una decisión fundamental, y nuestro inconsciente busca ayuda en todo nuestro entorno.
Pero esto no quiere decir que solo aparezcan en esos momentos. Las sincronicidades simplemente están, son parte del universo, y nos acompañan todo el tiempo.
El problema es cuando no vivimos conscientes, estamos desconectados, con miles de cosas en nuestra cabeza, preocupados, ansiosos. No nos damos lugar a encontrar lo sutil y sincrónico de cada cosa. No nos damos lugar a encontrar ninguna sincronicidad , descubre las señales.
¿Para qué están? ¿Cómo aprovecharlas?
El primer punto es poder prestarle atención a nuestra cotidianeidad, estar atentos, conectados, presentes.
Ahora bien. ¿Qué pasaría si además de poder ver esta unión de sucesos, nos preguntáramos para qué está sucediendo esto?
Cada persona con la que te encuentras, cada imagen que se te presenta, cada frase y canción que lees y escuchas, cada lugar que pisas, cada evento que vives y cada sueño que experimentas, tienen un mensaje. Tienen una razón de ser, TODO TE ESTÁ ENSEÑANDO ALGO.
Si dejamos a las circunstancias fluir y no presionamos ni forzamos la ocurrencia de sucesos o la voluntad de las personas. Si mantenemos una actitud receptiva y de apertura, dejándonos llevar por nuestra intuición y nuestra sabiduría interior. Sin dudas, nos abriremos a “la magia” que nos ofrece la experiencia de la sincronicidad. Si sabemos escucharla puede convertirse en una guía para nuestras vidas.
Estamos en constante expansión y evolución, (física y espiritual) y siempre nuestro SER va a intentar ir por ese camino. Las sincronicidades son oportunidades que nos brinda el universo para evolucionar.
Si nos rendimos a ellas y a ese aprendizaje, si logramos soltar las riendas que maneja nuestro ego, en su afán de que las cosas sean a su manera, y nos disponemos a dejarnos llevar por donde nos conduzca el caudal del río, no solo dejaríamos de sufrir tanto por lo que no es como nosotros pensábamos y queríamos, sino que podemos rescatar mensajes, sentidos y experiencias nutritivas de todo lo que nos rodea. Todo pasa para algo.
Te propongo un juego: al menos hoy, practica estar más atento a las sincronicidades del universo, y tal vez puedas permitirte fluir en lo que tiene para mostrarte. Imagínate que te encuentras con una persona en situación de calle que viene a pedirte algo. Muchos de nosotros podríamos darle dinero e irnos, o solo ignorarlo. Ahora bien, para algo esa persona está teniendo ese encuentro con nosotros, y si estamos receptivos, podremos ver el mensaje y la enseñanza que tiene para regalarnos, y además él seguro necesita recibir una enseñanza o mensaje nuestro. Así funciona. ¿Y vos, te animas a jugar?
Luciano Garella – Lic. en Kinesiología y fisiatría – Terapeuta en Biodecodificación Kausay
(Lo que escribimos en este blog y en este artículo «Sincronicidad. Descubre las señales.» , no reemplaza consejos médicos , otras terapias o ciencias . FabiánGarella® y Kausay® agradecen la posibilidad de los medios virtuales para sembrar en su público actividades y publicaciones de intereses comunes. Este material y otros publicados son meramente de carácter informativo. Su condición no nos permite hacernos responsables por cualquier acción o inacción de parte de los lectores.)